Nabia, la diosa del agua,
derrama sus bendiciones por toda España;
a lo largo del corpiño,
su cuerpo, con la lluvia, se agranda.
Todo lo que aquí cultiva,
ha de alimentar como a un niño
a través de nubes, fuentes y ríos.
Aquí vive la gente de la llanura
que al oír su nombre, todavía tiembla.
Elizabeth Barrette
Escrito en el estilo de un poema español huitain