El jazmín protege de los ladrones y otras cosas.
Junio es el mes de la Luna del Maíz Verde. El maíz es de primera necesidad en la cultura cherokee. En esta época del año, los tallos verdes crecen rápidamente y sacan sus mazorcas. Los choctós la llaman la Luna Ventosa ya que las tormentas de verano pueden desencadenar tornados. Para los dakota sioux, es la Luna cuando las bayas están maduras, sobre todo para los recolectores que vigilan de cerca el clima.
Junio aporta al mundo energía verde y exuberante. Abunda tanto la comida doméstica como la silvestre. Muchas bayas y otros frutos dulces empiezan a madurar en esta época, como la mora, la fresa, la frambuesa y las cerezas. Con todo, es conveniente vigilar el cielo a causa de las probables tormentas de principios de verano.
Aprovecha los largos días en el jardín o trabaja al aire libre. Honra la estación celebrando el sol y la jardinería. Lanza hechizos y realiza rituales relacionados con la abundancia de los cultivos básicos como el maíz y sus respectivas deidades. Si no dispones de jardín, visita un vivero de bayas donde el cliente pueda recolectar él mismo y experimenta el esfuerzo y el regocijo que proporciona recoger tu propia comida, como hicieron tus ancestros. Estate alerta para ponerte a cubierto en caso de tormenta violenta.
Elizabeth Barrette
El solsticio de verano es una combinación de alegres celebraciones y la toma de conciencia de que la rueda ha alcanzado su punto álgido y ahora se encamina de nuevo hacia la oscuridad. Es hora de reunir a los seres queridos y de celebrar en comunidad.
Si el coven se ha dispersado a lo largo del año, el solsticio de verano es buen momento para reunirse con el coven original. Participar en una gran celebración es una de las alegrías del solsticio de verano. Ya sea un grupo de covens que vuelven a estar en contacto, una reunión familiar o una fiesta de vecinos, el espíritu de comunidad es lo más importante. Compartir comida, experiencias y juegos favorece los vínculos. Preparar una fuente de ensalada de patatas o un bizcocho de chocolate y nueces realza la celebración del solsticio. Al igual que unos momentos de quietud en un cuarto oscuro con una vela encendida para honrar que mañana la rueda girará y la luz irá menguando cada día. Esto te proporcionará una sensación de paz. También es tiempo de conexión interior porque las comunidades externas e internas están entretejidas. Lo representan muy bien los manteles individuales de mesa tan populares en esta estación.
Cerridwen Iris Shea
La Luna del Roble marca el punto medio del año lunar, y nos lleva hasta el umbral del punto culminante del año solar. Al igual que la crisis de los cuarenta, o la aburrida mitad de una mala película, los puntos medios nos conminan a reflexionar acerca de dónde hemos estado y hacia dónde nos dirigimos.
Utiliza el poder de la Luna del Roble para renovar tu compromiso con las deidades y con tu camino espiritual. Para este ritual, vas a necesitar 3 bellotas de roble y 6 velas. Bajo la luz de la Luna, carga de energía las bellotas para que representen tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Enciende cada vela para representar las seis lunas que todavía faltan para completar el año lunar. Invoca a tus dioses y vuelve a reafirmar tu compromiso con ellos, ponte a su servicio. Pídeles la fuerza que necesitas para continuar tu camino durante este año, o para cambiar de dirección y corregir cualquier error. Entierra las bellotas para simbolizar así que plantas tu compromiso renovado.
Edain McCoy
El eneldo potencia tanto el deseo físico como el sentimiento amoroso, por eso los adobos con eneldo son perfectos para una comida en el campo.
La historia nos cuenta que en el origen de cada civilización existe un legendario dios celeste, fundador y portador de la cultura. Isis, hija de las estrellas, con su marido Osiris llegó al Valle del Nilo para enseñar agricultura, arquitectura, matemáticas, astronomía y medicina. Era la época prehistórica que los egipcios denominaban “primer tiempo”. Oannes, de la Antigua Sumeria, instruyó a la población de Mesopotamia en el arte de la civilización. Hermes llegó a Grecia procedente de los cielos para establecer su superior cultura. La India cree en una Edad Divina durante la cual los dioses llegados de las estrellas lejanas civilizaron a la humanidad.
Los Dragones de China llegaron al desierto de Gobi con el fin de establecer el Imperio Celestial. Quetzacoalt, en México, dispuso las bases para la Alta Cultura de Centroamérica. En Sudamérica hemos oído hablar del papel civilizador de Viracocha, de Manco Capac y Mama Ocllo, los Hijos del Sol. Esta lista de nombres divinos está lejos de ser completa.
Un mito reiterado de la antigüedad defiende la idea de que los civilizadores divinos, antes de abandonar la Tierra, enterraron sus tesoros culturales. Otra versión de la leyenda atribuye la propiedad de los tesoros procedentes
de tiempos remotos al desaparecido Imperio de la Atlántida. No hay una contradicción real entre las formas del mito porque, de acuerdo con la tradición, los atlantes poseían conocimientos sobre aviación y sobre las distancias entre las estrellas.
Lo cierto es que éstos son mitos. Sin embargo, ¿por qué se parecían tanto unos a otros a pesar de las grandes distancias entre los países donde han aparecido? Después de todo, se suponía que no había comunicación entre el viejo y el nuevo mundo.