Durante nueve meses, has soñado debajo de su corazón
Y has esperado que tu alma y tu cuerpo
Crecieran lo suficiente para sostenerte en la vida y a través
De lo que este nuevo mundo te conceda.
Has pasado el umbral del nacimiento y ahora,
separado de la carne de tu madre, debes comenzar por ti mismo.
Con tus dulces ojos ves nuevas todas las cosas.
Míranos ahora y empecemos la bendición.
Tu madre te arropa contra su pecho e invoca
A los dioses y a las diosas con una rima.
Tu padre invoca a los ancestros desconocidos.
Seas purificado con la sal y el agua, protegido,
Bendecido y consagrado por las vías antiguas
Desde ahora hasta que elijas la tuya propia.
Elizabeth Barrette
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