Anubis es la noche previa al día,
la sombra oculta de la sabiduría y de la luz,
de sus ojos suavemente brillantes
que reflejan la luna y las estrellas.
Anubis es a quien los dioses obedecen,
respetando tanto su ladrido
como su mordisco.
Las palabras mesuradas
y sus mandíbulas prestas a triturar.
Anubis es el que vigila desde lejos,
el que controla cuando el momento ha llegado
para pesar un alma, y juzgar su vida, como errónea o correcta.
Anubis nos conoce a todos por lo que somos.
Ni nos ama ni nos odia, tampoco se da un respiro
en su eterno recuento de puntuaciones.
Él cuida de la balanza y de las leyes,
porque él es el chacal que tiene el conocimiento de la justicia.
Elizabeth Barrette
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