Nos envías la pesca, las ballenas y las focas.
Muy por debajo de las olas del océano
estás tú.
El chamán oye tus quejas y siente
la fría e inmóvil mirada de tu único ojo.
Sí, Sedna, cuando los vientos soplan
rizando el mar,
entonces le enviaremos para que peine
tus cabellos
y te escuche, compasivamente,
mientras lloras.
Ojalá consigas que tus deseos
sean escuchados.
Olvida tu dolor, diosa, y tus preocupaciones,
tu gente, aquí, y la tierra saben todo lo que haces por ellos,
para alimentarnos y dar felicidad,
a quienes estamos por encima de las aguas, contestándote.
Tu sacrificio ayuda a nuestro pueblo,
y por ello te honramos contando tu historia.
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